DESIERTO DE LA TATACOA

Tenia tantos deseos de conocer este lugar que verlo me lleno de emoción y de recuerdos de aquella época de bachillerato en donde nació la motivación del viaje, en una interesante clase de Biología. Tuvieron que pasar 12 años para poder sentir y experimentar lo observado en aquellas fotografías proyectadas por la profe ORFI.

El viaje inicia el 8 de abril de 2009, época de semana santa y descanso. La salida fue a las 8:00pm de la ciudad de Medellín, rumbo a la ciudad de Neiva a la cual llegamos a las 7:00am, de Neiva al alojamiento o finca-hotel eran 30 minutos mas de viaje. Las primeras percepciones de la zona son de grandes extensiones de terrenos llanos y se puede observar el provecho que sacan los agricultores de la topografía plana para inundar los terrenos y cultivar inmensos arrozales.

Toda la mañana del 9 de abril fue para descansar, luego en la tarde se realizó un recorrido a la ciudad de Neiva y compras para la caminata del siguiente día. Hasta el momento solo estábamos aclimatándonos y esperando ansiosos el momento de poder ver los hermosos paisajes desérticos de la Tatacoa (solo vistos en fotos).

La primera corta caminata la realizamos en la noche hacia los termales de rivera, lugar en el cual tuvimos la oportunidad de disfrutar de una deliciosa agua caliente que nos relajo un poco y además el especio brindo la oportunidad de conocer los integrantes del grupo. Se pudo sentir la buena energía en los nuevos amigos que serían la compañía en los siguientes 3 días de viaje.

El 10 de abril madrugamos rumbo al desierto, pero antes de llegar entramos a conocer Villavieja, el pueblo más cercano al desierto, allí pudimos observar en el museo gran cantidad de fósiles que dan cuenta de la historia de la región. También realizamos compras de los productos característicos de la zona hechos con cactus del desierto como; dulces, cremas, vinos entre otros. El almuerzo fue en el observatorio del desierto, allí nos deleitamos con el plato típico que es el CHIVO.

Luego del almuerzo iniciamos un pequeño recorrido por los valles de Cusco. El paisaje del desierto se puede describir como exótico, tiene un área de 370km2 en bosque tropical seco y es la segunda zona árida de Colombia luego del desierto de la Guajira. Todas las formaciones encontradas fueron ondulaciones de pequeñas montañas y altas torres llamadas estoraques, el lugar tiene diferentes tonalidades de colores como; café, amarillos y grises. Es un paisaje muy hermoso que vale la pena conocer. Además por ser uno de los lugares mas secos del país es ideal como observatorio astronómico, nosotros contamos con mala suerte y la noche estaba totalmente nublada, pero recibimos una espectacular charla nocturna.

El siguiente día realizamos una caminata mas larga en donde observamos familias que pastorean cabras y ganado y obtienen el agua de pozos que cavan en la tierra, pudimos sentir el intenso calor que viven constantemente en la zona, caminamos a 45ºC durante varias horas. El paisaje cambia constantemente pero su vegetación característica son cactus y arbustos de espinas, en cuanto a fauna dice el guía local que se pueden encontrar serpientes, arañas, águilas y lagartos. Ese fue nuestro último día en el desierto. Luego de algunas compras en la ciudad de Neiva, llegamos en la noche a nuestra finca hotel a empacar y despedirnos.

El viaje del 12 de abril se realizo todo el tiempo observando y conociendo los lugares por donde pasábamos, se recorren en total 4 departamentos, paramos en varias ocasiones a comprar artesanías y frutas, además entramos a conocer la magnitud de lo que fue la catástrofe natural de Armero. A las 7pm estábamos ingresando nuevamente a la ciudad de Medellín.

Todo estuvo perfecto gracias a la logística de la revista el caminero y a la guianza de Sandra de la Corporación Patianchos. Nuevamente muy satisfecha por logran conocer con gran satisfacción un lugar maravilloso y muy EXOTICO de nuestra geografía Colombiana.

VENEZUELA

Este fue un viaje un poco extraño… el objetivo fue mas familiar que de turismo o expedición e incluso no fue planeado. Pero sin embargo conocí con gran satisfacción la frontera con Venezuela en la cual pase un gran susto por falta de documentos (pasaporte), pero en fin… recorrí durante el viaje un poco de Cúcuta, San Antonio, San Cristóbal y Pregonero, cerca de este último lugar hay una especie de vereda llamada Tenega ubicada a 6 horas de San Cristóbal fue el lugar en donde pase los 6 días del viaje. El lugar me permitió conocer un poco la comunidad campesina Venezolana, donde visite un trapiche y algunas fincas del sector. El campesino en general como aquí en Colombia se caracteriza por ser amables, amplios, solidarios y muy cordiales. El lugar es frío, su ubicación topográfica brinda unos espectaculares amaneceres y atardecerse, además había una represa bastante grande muy cerca que adornaba el hermoso paisaje.

Pasados los 6 días en Venezuela, me dirigí nuevamente a mi hermosa tierra Colombiana y aproveche el paso por Bucaramanga para visitar un amigo, el cual me alojo en la casa de su madre. Estando allí en Bucaramanga fui a conocer, el Cañón del Chicamocha, el río fonse donde realice raftin, también conocí unas cavernas y el parque el Gallineral. Un recorrido de mucha emoción y aventura. Finalmente, luego de 8 días regreso a mi bella ciudad de Medellín.